
Las horas pasaban, pero la luna permanecía inquieta, dibujando la silueta de una noche eterna, mientras las voces cobraban fuerza y malvadas apariciones se paseaban por la ciudad.

Pero aquella persona inmutada ante su presencia esperaba ansiosa e inquieta el amanecer. Las sombras lo rodeaban, y las voces le insultaban, sin embargo a él no le importaba. Sus ojos miraban inmutados hacia la luna, aquella luna que le evocaba a tiempos pasados.

Esa luna que es testigo eterno, de las emociones más humanas, le susurraba al oído, las noches que paso hablando con ella, tratando de alentar la ya eterna espera que llevaría a cabo.
Sombrablack
Sombrablack
2 comentarios:
Que chulo está. Me gusta mucho
Gracias!
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